Lorenzo Vega/ VOS TV

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Venta de “viejos”, el emprendimiento temporal de un comerciante

Estos muñecos, que son quemados cada 31 de diciembre en Nicaragua, se cotizan a 300 córdobas sin pólvora.


Hace 6 años Allan Tiffer quedó en el desempleo luego de laborar como vendedor de motocicletas, aunque ahora se dedica a ofertar queso y granos básicos en su hogar, cada año aprovecha esta época para incursionar en el negocio de la venta de los muñecos o viejos que se queman con pólvora cada 31 de diciembre en Nicaragua para despedir el año.

El emprendimiento temporal de este comerciante comenzó con solamente cinco muñecos, pero la experiencia que ha ganado en este oficio en los últimos años y su deseo de generar ingresos, le ha motivado este año a elaborar unos 100 "viejos", cifra superior a los 75 que fabricó el año pasado.

“Teníamos la necesidad de comprar pólvora con mi hijo, para estar divertidos una Navidad, entonces hicimos cinco muñecos para el 24 de diciembre, los vendimos y compramos, hicimos otros cinco para el 31 y compramos nuestra pólvora luego de venderlos, desde entonces vimos que era un buen negocio y eso que jamás en mi vida había hecho este tipo de manualidades, la necesidad me enseñó”, cuenta.

“Este año inicié a elaborarlos desde el 15 de noviembre y ya mucha gente está viniendo a cotizar y comprar”, refiere

El costo de cada muñeco sin pólvora es de 300 córdobas, sin embargo, en caso de pedidos especiales es costo varía y requiere de una semana de anticipación para su elaboración.

“Lo más loco que me han pedido es la cara del esposo o de una amiga y lo queman, eso se lo hacemos en el mismo precio, siempre en 300 córdobas, que traiga la foto de la persona y aquí lo armamos, si algunos le quieren meter pólvora al muñeco, ya eso elevaría el precio, ya sería hablar con la persona para ver cuánto vamos a cobrarle en dependencia del tipo y cantidad de pólvora que quieran”, asevera.

Este artesano utiliza para la elaboración de los “viejos”, aserrín, pantalones y zapatos usados, sin embargo, afirma que más de una vez algunos de sus compradores hasta se ha quedado con la vestimenta del muñeco.

“Ya he visto algunos clientes que compran el muñeco y le cambian la ropa, le ponen ropa vieja y se quedan con la que tenía el muñeco, así de buena es la ropa que logramos conseguir”, enfatiza Tiffer mientras se lanzaba una carcajada.

Son 45 minutos los que puede tardar este artesano en elaborar uno de estos muñecos y al día son cinco los que logra poner a la venta.

A este artesano de los "viejos", puede encontrarlo en el barrio Monseñor Lezcano en Managua, de donde fue el Banco Popular, dos cuadras a lago y media abajo.