
Cortesía
Payasito difunde esperanza y alegría a través del humor
Afirma que en su gremio son pocos los que practican el arte de hacer reír sin faltar al respeto.
Llevar la palabra de Dios a la niñez nicaragüense es la meta de Yoyo Than, un payasito personificado por Jonathan Hernández, quien nunca pensó que cambiaría su profesión como publicista por este arte.
Todo empezó de forma empírica en 2020, cuando a raíz de la pandemia de la covid-19, su congregación evangélica le solicitó predicar a niños y niñas a través de las redes sociales.
“Estaban buscando en la iglesia una estrategia de cómo conectar con los niños a través de Facebook y se dio esa estrategia con Yoyo, comenzamos a ver que la interacción con los niños y niñas era más amigable, les llamaba más la atención cuando había alguien que les platicara de Jesús, pero ponerse a su nivel”, recuerda.
Aunque en un principio fue empírico su trabajo, en 2022 la iglesia logró inscribirle en un curso internacional de payasos cristianos, en el que se profesionalizó en estas artes.
Algo que caracteriza al show de Yoyo Than y que lo hace diferente, es que entretiene a sus espectadores sin necesidad de utilizar palabras altisonantes y de doble sentido, tampoco hace chistes para burlarse de los defectos de otras personas.
Afirma que esta forma sana de hacer reír sin irrespetar, muy pocos dentro de su gremio lo practican.
“Yoyo no dice malas palabras, no se burla de un niño a través de un juego o a través de una dinámica, no trata de que sea un momento incómodo como lo hacen muchos payasos, que hacen que los niños o un adulto haga algo ridículo para que todos se burlen”, lamenta.
En su corta carrera como artista del humor, también ha sido partícipe su esposa, con quien incluso han realizado shows dirigidos a matrimonios, llevándoles el mensaje de permitirle a Dios ser el centro de su hogar y su relación.
“Fue un momento hermoso, porque hicimos un sketch sobre lo que es una pareja con Dios y una pareja sin Dios, la gente se comenzó a sentir identificada y muchos se estaban riendo, tratamos de llevar un mensaje a los adultos y conectamos con ellos, porque todos tenemos ese niño interior, todos tenemos ese momento de alegría, lo único que tratamos de ocultarlo por las situaciones de la vida”, finaliza.
Este carismático artista espera continuar llevando la palabra de Dios a través de sus shows.
En los últimos cinco años ha visitado asilos de ancianos, iglesias cristianas y fiestas seculares, donde ha llevado alegría y esperanza a través de su talento.