
Guillermo Rodríguez
Tío Antonio: Un tejido de inclusión y esperanza en Nicaragua
Alrededor de 28 personas, la mayoría con discapacidad laboran en este proyecto.
En el corazón de la ciudad colonial de Granada hay un proyecto que ha cambiado la vida de decenas de personas con discapacidad en los últimos 19 años. Se trata del Centro Social Tío Antonio, una iniciativa que ha demostrado que la inclusión laboral no solo es posible, sino transformadora, comparte con orgullo Héctor Prieto, administrador del proyecto.
La historia comenzó con un gesto sencillo, pero poderoso. Una persona sorda recibió ayuda con audífonos y el acompañamiento de una maestra. Ese fue el primer hilo de una red de apoyo que ha crecido hasta convertirse en una estructura sólida y multifacética. Hoy, Prieto, comparte con orgullo el recorrido y los logros del centro.
“El proyecto nació por la necesidad”, afirma. "Queríamos brindar oportunidades reales de trabajo a personas que, por su condición, enfrentaban grandes barreras para ser contratadas".
Hamacas Tío Antonio
La primera iniciativa del centro se llamó Hamacas Tío Antonio, donde comenzaron a fabricar hamacas artesanales. Fue una forma de generar ingresos y, más importante aún, de ofrecer a los jóvenes una vía para la independencia económica. “Queremos que no se queden toda la vida tejiendo en una banca”, añade, subrayando la importancia de la formación integral.
Jackson Almanza, hace una década encontró una oportunidad laboral en este lugar, recuerda que comenzó sin tener conocimiento sobre la elaboración de hamacas, pero pudo formarse como artesano gracias al acompañamiento que le brindó el centro.
Café de las Sonrisas
Por su parte, Jennifer Hernández colaboradora del centro, comenta que, con el paso del tiempo, surgieron nuevas iniciativas. Una de las más reconocidas es el Café de las Sonrisas, la primera cafetería atendida completamente por personas sordas.
“El local está adaptado para facilitar la comunicación en lenguaje de señas, creando un ambiente inclusivo tanto para empleados como para clientes”, agrega.
La Casa de las Alcancías y Boutique Café
A este esfuerzo se sumaron La Casa de las Alcancías, un taller donde se elaboran artesanías en yeso, y la Boutique Café, emprendimientos tienen un mismo propósito, generar empleos dignos y sostenibles para personas con discapacidad.
Hoy en día, el centro cuenta con 28 colaboradores. No solo trabajan, también estudian. “Queremos que se preparen para el futuro y puedan desarrollarse en cualquier empleo”, enfatiza Prieto.
Entre los logros más emblemáticos del centro se encuentra la elaboración de una hamaca para el Papa Francisco, confeccionada por personas no videntes, y recientemente, la creación de una hamaca gigante conmemorativa de los 500 años de Granada.
El Centro Social Tío Antonio se ha convertido en un referente de inclusión en Nicaragua. Su modelo demuestra que, con voluntad, creatividad y empatía, es posible construir un mundo más justo y accesible para todos.