El proyecto de vida de Lucero Millán

Lucero Millán, fundadora del teatro Justo Rufino Garay, asegura que el teatro es su proyecto de vida. De niña solía participar en las actividades culturales del colegio declamando poesía, y luego ella y sus amigas jugaban a montar obras de teatro.

Desde los 16 años incursionó en el teatro de manera profesional, al audicionar para formar parte de la compañía de Xinaloa. Millán viene a Nicaragua luego del triunfo de la Revolución Sandinista en septiembre de 1979, admirada por la gesta que se había logrado.

“Decidí dejarlo todo, y venirme para acá y lo que la vida me diera”, dijo Millán.

Para Millán, los años en los que ha trabajado para desarrollar y formar a talentos de teatro no ha sido sencillo. Las primeras barreras que derribó fue la de género, la edad y la nacionalidad. Recuerda que la mayoría de los actores y actrices que formó recién inaugurado el teatro Justo Rufino Garay, eran hombres adultos quienes no confiaban en su capacidad.

“Ver a una muchachita joven, en principio era algo de cultura machista, pero eso me obligó a ser más responsable, tenía que dar el ejemplo” comenta la experimentada actriz

Millan formó a sus actores y actrices, fundó el teatro independiente Justo Rufino Garay y desde entonces presenta de manera ininterrumpida una programación de calidad para un público que también se ha creado con el paso del tiempo.

Con una vida de trabajo arduo, Millán afirma estar viviendo un tiempo de mucha más calma, periodo para reflexionar sobre lo actuado hasta el momento y sobre qué hacer en el futuro próximo.