Nicaragua sufre déficit de médicos internistas
La presencia de médicos internistas en cualquier hospital es vital para la atención de pacientes con enfermedades no transmisibles, pero Nicaragua todavía tiene una baja cantidad de estos profesionales que no llegan ni a los 400 en todo el territorio nacional.
Vicente Maltez Montiel, médico internista explicó que lo ideal, de acuerdo a la población del país, es que haya como mínimo 800 de estos especialistas para atender la demanda, pero la cantidad de profesionales en esta área no llega ni a la mitad del mínimo requerido.
El tema fue discutido el 16 de agosto en el Vigésimo Sexto Congreso Nacional de Medicina Interna que realizó este viernes la Asociación Nicaragüense de Medicina Interna (ANMI).
“Nosotros estamos deficientes, cerca de 300-350 especialistas en todo el país, la mayor parte de miembros de la Asociación de Medicina Interna consideramos que estos congresos sirven de campanada para solicitarle al Estado y las instituciones un mayor apoyo para esta especialidad”
Maltez, explicó que el tema es trascendental, porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) “ha reconocido que hay una epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles: diabetes, hipertensión, obesidad, grasas de la sangre elevadas, y estos son problemas de salud del manejo del médico internista en su consulta habitual”.
Urge formar más médicos internistas
Partiendo de esta necesidad y por la creciente demanda de este tipo de atención, José Sánchez Garache, presidente de ANMI, aseguró que el sistema de salud tiene el reto de estimular la formación de nuevos profesionales en esta área.
El presidente de la ANMI, José Sánchez Garache, aseguró que “es necesario tener más médicos internistas, más ahora que se están haciendo más hospitales (22 hospitales), incluso en zonas alejadas de los departamentos. Entonces, eso hace necesario que haya más especialistas para afrontar la salud de los nicaragüenses”.
Los profesionales del gremio reconocen que ser internista demanda de mucho más tiempo de estudio en relación a otras especialidades medicas y en la oferta académica de las universidades los cupos son pocos.
“Las necesidades son más grandes que la oferta de oportunidades para graduarse como médico internista. Son tres años de duro estudio donde se trabaja y estudia por lo menos 14 a 16 horas cada día. La jornada de un médico residente rebasa fácilmente 100 horas por semana”, sostuvo Maltez.
En cuestión de género, el país también tiene el reto de formar a más mujeres en esta especialidad, ya que actualmente el gremio en su mayoría está dominado por hombres.