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Dolores de hiperactividad, ¿cómo ayudar a los niños más activos?

Existen cuatro patologías principales que causan dolor en los niños hiperactivos.


En el día a día, muchos padres se enfrentan a retos relacionados con la hiperactividad y el dolor pediátrico en sus hijos. Estas condiciones, aunque son comunes, a menudo generan preocupación e incertidumbre sobre cómo manejarlas adecuadamente.

Según el Dr. René Urroz, experto en ortopedia y traumatología, existen cuatro patologías principales que causan dolor en los niños hiperactivos. "Podríamos considerar estas como las más frecuentes", explica el especialista.

Una de ellas es la periostitis por hiperactividad, un dolor nocturno en las piernas entre el tobillo y la rodilla. Este tipo de dolor suele durar aproximadamente 30 minutos y aparecer de forma recurrente, ya sea diariamente o en días alternos. "Lo que ocurre es que el hueso, que está recubierto por una capa llamada periostio, se ve sometido a una tracción constante por parte de los músculos debido a la hiperactividad, lo que termina irritando esa capa", detalla.

Otra afección común es el dolor en la parte anterior de la tibia, justo debajo de la rodilla. Esto se debe a la inflamación del cartílago de crecimiento en esa zona, causada por las fuerzas de tracción ejercidas sobre el tendón rotuliano durante las actividades físicas intensas.

Además, los niños hiperactivos pueden experimentar dolor en la parte superior de la tibia, cerca de la rodilla. Este tipo de dolor se relaciona con la inflamación del cartílago de crecimiento en esa zona, provocada por la constante actividad física.

El Dr. Urroz también menciona el dolor en la parte posterior del talón, conocido como la enfermedad de Sever. Esta patología se debe a la inflamación del punto de anclaje del tendón de Aquiles en el calcaneo.

El especialista enfatiza la importancia de abordar estos problemas a tiempo, evitar normalizarlos o considerarlos "dolores de crecimiento". Por su parte, recomienda "disminuir gradualmente la actividad física excesiva y redirigir la energía de los niños a otras actividades más tranquilas, como el ajedrez o la pintura".

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