La gastritis afecta al 50% de la población mundial, ¿cómo prevenirla?
La alta incidencia de esta enfermedad se debe a factores relacionados con el estilo de vida.
La gastritis es problema común que afecta a un gran porcentaje de la población mundial, con una prevalencia significativa del 50% en algunos estudios.
Esta enfermedad, que provoca la inflamación del revestimiento del estómago, puede ser prevenible en muchos casos, pero su alta incidencia se debe a factores relacionados con el estilo de vida, incluyendo el consumo de comida rápida, alimentos ultraprocesados, alcohol, tabaco y ciertos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos.
La doctora Helen Araya, experta en nutrición, enfatiza que un cambio en los hábitos alimenticios y de vida es crucial para prevenir y manejar la gastritis.
"Es preocupante que muchas personas recurran a la automedicación ante el primer síntoma de ardor estomacal, sin un diagnóstico adecuado", explica.
La gastritis a menudo se autodiagnostica erróneamente, cuando en realidad podría tratarse de dispepsia u otros trastornos digestivos.
Síntomas más comunes
Los síntomas más comunes de la gastritis incluyen ardor en la parte superior del abdomen, que puede confundirse con reflujo gastroesofágico.
Para un diagnóstico preciso, se requiere una endoscopia realizada por un gastroenterólogo, que permita evaluar directamente la mucosa gástrica y tomar muestras para detectar posibles infecciones como la de Helicobacter pylori.
La doctora Araya subraya la importancia de adoptar un régimen alimenticio que minimice la carga sobre el estómago. "Es fundamental comer pequeñas porciones varias veces al día para evitar la sobrecarga del estómago, que puede llevar a una mayor secreción de ácidos gástricos", aconseja.
Además, recomienda evitar alimentos fritos, alimentos altos en proteínas, frutas cítricas y alimentos con alto contenido de fibra, ya que estos pueden exacerbar los síntomas.
El tratamiento nutricional debe ser personalizado, considerando las necesidades específicas de cada paciente. Por ejemplo, frutas como el banano y el mango, sin cáscara, pueden ser adecuadas, mientras que las manzanas deben ser cocidas y sin cáscara. La fibra, que es beneficiosa para otras condiciones digestivas, debe ser limitada en pacientes con gastritis.
En términos de diagnóstico diferencial, la doctora Araya menciona que condiciones como los cálculos biliares pueden presentar síntomas similares a los de la gastritis, por lo que a menudo se requieren estudios adicionales, como ultrasonidos, antes de proceder con una endoscopia.
La prevención de la gastritis no solo pasa por la alimentación, sino también por evitar comer en lugares donde las condiciones higiénicas son dudosas, ya que esto aumenta el riesgo de infecciones gastrointestinales que pueden llevar a la inflamación del estómago y otras complicaciones, como el cáncer gástrico.
La gestión adecuada de la gastritis incluye un diagnóstico preciso, cambios en el estilo de vida y una dieta cuidadosamente planificada.
La doctora Helen Araya concluye que aunque los factores genéticos pueden predisponer a una persona a desarrollar gastritis, las decisiones diarias sobre la alimentación y otros hábitos pueden jugar un papel crucial en la prevención y el tratamiento de esta condición.
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