Enfermedad renal crónica en los niños y los factores de riesgos
La ERC abarcando tanto niños como adultos es la octava causa de muerte a nivel mundial creciente.
La enfermedad renal crónica (ERC) en pediatría es una afección médica que se caracteriza por la pérdida gradual y progresiva de la función renal en los niños. Esta condición puede tener un impacto significativo en la salud y el desarrollo de los pequeños.
“La ERC abarcando tanto niños como adultos es la octava causa de muerte a nivel mundial creciente y la décima causa de muerte de pérdidas laborales o pérdida de años útiles en una persona”, destaca la Dra. Gracce Calero, nefróloga pediatra.
La especialista resalta que algunos factores de riesgo son la obesidad, hipertensión y diabetes en niños. Sin embargo, las causas de esta enfermedad en niños pueden ser variadas y a menudo difieren de las causas en adultos.
Algunas de las más comunes incluyen: anomalías congénitas, enfermedades hereditarias, infecciones recurrentes y enfermedades sistémicas.
Algunos síntomas
“Cuando un niño tiene ERC se puede ver pérdida de peso y de crecimiento, niños con mal humor, irritantes, lucen pálidos o amarillentos, mal rendimiento académico debido al déficit de nutrientes que dificulta la concentración y mal formaciones óseas por la pérdida del calcio”, afirma Calero.
La ERC puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales debido a la falta de síntomas evidentes. Sin embargo, algunos signos que pueden indicar problemas renales en los niños son la fatiga y debilidad general, hinchazón en las piernas, tobillos o cara, aumento o disminución de la producción de orina, sangre en la orina e hipertensión arterial.
El diagnóstico de la ERC en niños generalmente se realiza a través de una combinación de análisis de sangre y orina, ecografías renales y, en algunos casos, biopsias renales.
Estos exámenes permiten evaluar la función renal y detectar cualquier anormalidad estructural.
Mejorando la calidad de vida
El diagnóstico de ERC en un niño puede ser devastador para la familia, pero con el apoyo adecuado y un manejo integral, los niños pueden llevar una vida plena y activa.
Es crucial proporcionar apoyo emocional y psicológico tanto al niño como a la familia, y asegurar una buena comunicación con el equipo de atención médica.
Esta es una condición seria que requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para mejorar los resultados a largo plazo y la calidad de vida de los niños afectados.
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