¿En qué consiste el síndrome del impostor y cómo se debe tratar?
Este fenómeno psicológico afecta más a las mujeres y según la OMS, no está clasificado como una afección médica.
Ganaste un premio, te acaban de contratar en el trabajo soñado y finalizaste ese proyecto que te habías propuesto, pero por algún motivo no te sentís merecedor de esos logros, ¿qué puede estar pasando? Es posible que estés sufriendo el síndrome del impostor sin darte cuenta.
Se trata de un patrón de pensamientos que hace sentir a las personas que su éxito es inmerecido y temen ser expuestos como un "fraude".
De acuerdo a la Dra. Maykelin Sotelo, “no es más que un sentimiento de insuficiencia, inseguridad, no hay confianza en uno mismo, en que la persona cree que todo lo que ha logrado ha sido un golpe de suerte”.
La especialista destaca que es este problema está más presente en mujeres que en hombres, por los roles culturales que se asignan a las mujeres desde que nacen, por eso tienen más probabilidades de padecerlo. Advierte que este síndrome puede llevar a las personas a otros más peligrosos como el síndrome “Burnout”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara que este problema no es un trastorno mental y tampoco lo clasifica como una afección médica.
Desde temprana edad
Sotelo explica que este síndrome puede empezar desde la niñez, cuando de niños no se les permite equivocarse o cuando los comparan con demás niños.
Un caso común es cuando un niño de manera alegre le dice a sus padres que obtuvo un 80 de calificación en sus clases y los padres en lugar de felicitarlo y animarlo de manera sana a mejorar, le cuestionan preguntándole ¿por qué no obtuvo un 90 o un 100 en sus calificaciones?, haciendo que el niño sienta que “el amor viene con condiciones”, por eso hay que tener mucho cuidado con lo que le decimos a los niños.
La manera de asegurarnos de no ser víctimas del síndrome del impostor, empieza por aceptar nuestros límites, aceptar que somos humanos para permitirnos equivocarnos y entender que podemos pedir ayuda cuando la necesitemos.
“Podemos detenernos un momento a pensar en lo que hemos logrado hasta hoy, esta es una herramienta para detener el síndrome del impostor, pero sobre todo conocer nuestros límites y no ser crueles con nosotros mismos”, aconseja la experta.
Por eso la próxima vez que sientas que no eres lo suficientemente bueno para ese trabajo para ese premio, tómate un tiempo y aprendé a valorar lo que hacés y quién eres, para evitar ser víctima de este síndrome.
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