Cambios físicos y mentales durante la pubertad
En esta etapa los adolescentes comienzan a explorar y desarrollar su sentido de identidad.
La pubertad es una etapa clave del desarrollo humano, en la que se producen transformaciones tanto físicas como psicológicas que marcan la transición de la infancia a la adolescencia. Es esa etapa de desarrollo en la que el cuerpo de un niño o niña comienza a cambiar para alcanzar la madurez sexual y la capacidad reproductiva.
“Este proceso está marcado por una serie de cambios físicos y hormonales que generalmente ocurren entre los 8 y 13 años, en las niñas y entre los 9 y 16 años, en los niños, aunque la edad exacta puede variar entre individuos”, destaca la Dra. Cristina Ortiz, médico pediatra.
Durante este ciclo, el cuerpo experimenta cambios como el crecimiento rápido, el desarrollo de características sexuales secundarias como el crecimiento de senos y el vello púbico y facial en los niños, el que va creciendo de forma paulatina; así como el inicio de la menstruación en las niñas o la producción de esperma en los niños.
Estos cambios son controlados por un aumento en la producción de hormonas sexuales, como los estrógenos en las niñas y la testosterona en los niños, destaca la experta.
Cabe destacar que las niñas con obesidad o sobrepeso están predispuestas a tener una pubertad precoz “debido a que hay una mayor carga de estrógenos. Por tanto, ya está descrito que a mayor tejido adiposo en el caso de las niñas obesas habrá mayor predisposición a un inicio temprano”, señala Ortiz.
La pubertad en las niñas comienza antes que los niños, el primer signo es el que se conoce como telarquia (brote del botón mamario).
Cambios mentales y emocionales
Esta etapa no solo implica cambios físicos, sino también psicológicos y emocionales, como la búsqueda de identidad, fluctuaciones en el estado de ánimo y un mayor interés en las relaciones sociales y románticas.
Es un período de transición que prepara al individuo para la adultez. Durante la pubertad, los adolescentes comienzan a explorar y desarrollar su sentido de identidad.
Este ciclo “puede incluir cuestionamientos sobre quiénes son, cuáles son sus valores y creencias, y su lugar en el mundo. Debido a los cambios hormonales, es común que los adolescentes experimenten fluctuaciones en el estado de ánimo”, afirma Ana Rodríguez, psicóloga.
Estos cambios pueden ir desde la irritabilidad y la frustración hasta la euforia o la tristeza repentina. Los adolescentes suelen volverse más sensibles y conscientes de cómo los perciben los demás. Durante la pubertad, el cerebro sigue madurando.
Además, comienzan a desarrollar habilidades cognitivas más complejas, como el pensamiento abstracto, la resolución de problemas y la capacidad de tomar decisiones más elaboradas.
Rodríguez, destaca que es importante que los padres de familia trabajen en la relación con sus hijos, transmitan valores, ya que ellos son los principales de guiarlos en ese proceso.
Evitar juzgarlos o compararlos con otros de su edad, ya que lo que necesitan los adolescentes en esa etapa no es que los padres les faciliten las cosas, sino más bien que los instruyan y los acompañe.
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