La mastitis, un problema que afecta en su mayoría a las mujeres lactantes
Esta inflamación mamaria no está relacionada con el desarrollo del cáncer de mama.
La mastitis es una inflamación del tejido mamario, generalmente asociada a una infección, que según el especialista en ginecología y obstetricia, Javier Cantarero, “afecta comúnmente a mujeres lactantes, pero puede ocurrir en cualquier persona, incluidas las que no están amamantando”.
Esta condición puede ser dolorosa y, si no se trata adecuadamente, puede causar complicaciones más graves.
Por lo general suele ser de origen infeccioso; sin embargo, no toda mastitis lo es debido a que existen diferentes tipos que pueden tener causas no relacionadas con infecciones bacterianas.
“Esta patología no infecciosa suele estar asociada a la congestión o acumulación de leche en los conductos mamarios (mastitis congestiva) o a la irritación o traumatismo del tejido mamario sin la presencia de bacterias”, recalca Cantarero.
Causas y síntomas
Generalmente, ocurre cuando las bacterias entran en el seno a través de una grieta en el pezón, lo que puede suceder debido a la succión del bebé durante la lactancia. Las bacterias más comunes que causan esta infección son el Staphylococcus aureus y el Streptococcus.
También puede ser causada por la acumulación de leche en los conductos mamarios, lo que genera una obstrucción e inflamación.
Cabe destacar que esta inflamación mamaria no está directamente relacionada con el desarrollo del cáncer de mama y aunque pueden compartir algunos síntomas, son condiciones diferentes destaca el médico.
Los principales síntomas incluyen: dolor o sensibilidad en una parte del seno, enrojecimiento e hinchazón de la zona afectada, fiebre y sensación de malestar general, formación de bultos dolorosos en el seno y calor en el área inflamada.
No se debe suspender la lactancia
Si se suspende la lactancia, existe el riesgo de que la obstrucción empeore y se desarrolle un absceso mamario, que es una complicación más grave de la mastitis. Por tanto, mantener el flujo de leche reduce este riesgo.
El Dr afirma que no es necesario descontinuar con la lactancia, más bien recomienda continuar amamantando, ya que ayuda a aliviar los síntomas y facilita la recuperación.
“Amamantar frecuentemente ayuda a vaciar los conductos mamarios, lo que reduce la acumulación de leche, una de las principales causas. Vaciar el seno es crucial para aliviar la presión y disminuir la inflamación”, señala.
Para reducir el riesgo de desarrollar mastitis, es importante asegurarse de que el bebé esté bien posicionado durante la lactancia para evitar traumatismos en los pezones.
Así como evitar que la leche se acumule en los senos, amamantando regularmente o usando un extractor de leche y mantener una correcta higiene de los pezones y el área del pecho.
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