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Síntomas y causas de la ansiedad infantil

Según la OMS, las principales señales suelen aparecer durante la infancia o la adolescencia.


La ansiedad no es un padecimiento exclusivo de los adultos, en realidad es posible que los niños la sientan y es más común de lo que se cree.

"Es un estado de inquietud que experimenta la persona y que pueden afectar el desarrollo continuo de quien lo siente", refiere la psicóloga doctora Melba Bermúdez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que los síntomas suelen aparecer durante la infancia o la adolescencia, por lo que la revisión en esta edad es necesaria para evitar problemas futuros.

¿Cómo saber si mi hijo tiene ansiedad?

Algunos de los síntomas físicos que los niños pueden presentar son: irritabilidad, náuseas, dolor abdominal, problemas al dormir, sudoración, temblores y dificultad para concentrarse.

Así como en los adultos, los motivos que pueden causar el sentimiento de ansiedad en los niños pueden ser distintos, abarcando desde complejos hasta simples.

La especialista añade que, un cambio puede hacer que aparezca una situación que le resulte frustrante o algo que no entienda, porque la ansiedad se alimenta de la incertidumbre, de lo que no se sabe; algo que es muy común en niños.

De acuerdo a Bermúdez, puede aparecer por alguna situación en específico, pero también por un patrón de acciones que sucedan en el hogar. "Escenas que pueden resultar comunes como hacer las cosas apresuradas, hablar de muchos temas a la vez o expresar miedo ante cada situación que se presenta; son algunos ejemplos que pueden formar lentamente un sentimiento de ansiedad".

Es importante la comunicación

Lo más importante es entender que todos los motivos que provoquen ansiedad son válidos y no podemos minimizar ninguna de las razones.

"Como padres tienen que estar atentos a lo que la pueda provocar, siempre apuntando a la validación, a la escucha y a la explicación; siendo esta última imprescindible para que los niños puedan comprender las situaciones que los rodean", indica la experta.

Recalca que la comunicación del padre debe ser empática y respetuosa, para que el niño pueda expresar lo que piensa, lo que siente y lo que quiere.

Los niños no disponen de los conocimientos y herramientas que les permiten controlar adecuadamente sus impulsos y emociones, por eso es nuestro deber guiarlos con estas situaciones.

"Es imprescindible entender que siempre está presente en nuestra vida, porque la ansiedad en el nivel correcto es buena, nos hace “movernos”; pero cuando supera el nivel adecuado y afecta nuestra vida, deja de ser algo que impulsa a ser algo que limita", finaliza la psicóloga.

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