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¿Quiénes están más propensos a padecer dermatitis atópica?

Esta enfermedad se caracteriza por enrojecimiento, picazón intensa y piel seca.


La dermatitis atópica (DA), comúnmente conocida como eccema, es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a personas de todas las edades, pero es especialmente común en niños.

Se caracteriza por enrojecimiento, picazón intensa y piel seca, que puede formar lesiones o costras, provocando molestias físicas y afectando la calidad de vida.

“Es una afección que hace que la piel se seque, pique y se inflame. En una dermatitis lo que se inflama es la epidermis, la primera capa de la piel, al estar en contacto con agentes externos ambientales, químicos u otros", afirma la Dra. Denisse Ramos, médico estética.

Aunque no se conocen completamente las causas, se sabe que es una enfermedad de origen multifactorial, en la que intervienen tanto factores genéticos como ambientales.

Causas y factores de riesgo

Algunas de las principales causas y factores de riesgo incluyen: la genética, si uno o ambos padres tienen antecedentes de enfermedades atópicas (como asma o rinitis alérgica).

Así mismo, existe una mayor probabilidad de que el niño desarrolle dermatitis atópica; deficiencia en la barrera cutánea, es decir, la piel no retiene bien la humedad debido a la falta de ciertas proteínas (como la filagrina), lo que facilita la entrada de irritantes y alérgenos.

Los factores ambientales como la exposición a contaminantes, cambios bruscos de temperatura y productos irritantes (como jabones fuertes) pueden desencadenar o agravar los síntomas, resalta Ramos.

La dermatitis atópica puede manifestarse de diversas formas dependiendo de la edad y la gravedad. Los síntomas más frecuentes incluyen: picazón intensa, piel seca y escamosa, enrojecimiento e inflamación y lesiones o costras.

Esta es más común en áreas de los pliegues porque son los lugares donde hay mayor humedad y al no producir sebo y grasa de la piel, genera un proceso de colonización bacteriana propias que traemos en nuestra piel.

Es común en los niños pequeños, pero puede manifestarse a cualquier edad.

Es particularmente común en niños pequeños, especialmente en los primeros cinco años de vida. Sin embargo, es una afección que puede aparecer a cualquier edad, incluidos adolescentes y adultos.

“Los lactantes son los más propensos a padecer dermatitis atópica hasta los 2 años ya que no producen mucho sebo”, señala la especialista.

En muchos casos, la dermatitis atópica infantil mejora o desaparece a medida que el niño crece. No obstante, algunos adultos pueden experimentar brotes ocasionales o padecer síntomas persistentes.

En adultos, suele presentar áreas afectadas en el cuello, las manos y los pliegues de los brazos y las piernas, aunque puede afectar otras zonas. Además, tiende a ser más resistente al tratamiento en comparación con los casos en niños.

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