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El pie plano y las opciones de tratamiento para corregirlo
El calzado ayuda a corregir la postura y la conexión de huesos como el calcáneo, la tibia y el peroné.
El pie plano es una condición común que afecta a personas de diversas edades y puede ser corregido si se aborda tempranamente, según expertos en ortopodología.
Aunque algunos piensan que esta afección es irreversible, la ortopedia moderna ofrece varias opciones para corregirla, especialmente en niños y jóvenes.
En el caso de los menores de 22 años, su crecimiento permite realizar intervenciones que favorecen la formación del arco plantar, señaló Mayling Guido, ortopedista y especialista en plantillas correctivas, quien también destacó la importancia de terapias físicas.
Las opciones de tratamiento van desde ejercicios específicos y deportes recomendados, como la natación y el ciclismo, hasta el uso de plantillas adaptadas.
“La actividad física es fundamental para estimular la formación del arco del pie. Deportes que involucran el movimiento de los pies, como la natación, ayudan significativamente en la dorsiflexión, favoreciendo el desarrollo del arco”, explicó Guido.
La especialista detalló que, en casos avanzados o en los que el tobillo requiere mayor soporte, es posible optar por zapatos ortopédicos.
Este tipo de calzado ayuda a corregir la postura y la conexión de huesos como el calcáneo, la tibia y el peroné. Aunque las plantillas también son útiles, Guido resaltó que su efectividad depende del grado de pie plano y de la correcta adaptación al usuario.
Para casos complejos, como aquellos en los que los pacientes tienen condiciones adicionales que afectan su biomecánica, como el síndrome de Down o el autismo, el experto mencionó que el zapato ortopédico es una opción preferible a la plantilla, ya que ofrece el soporte necesario para corregir las desviaciones.
“Con un tratamiento constante y adecuado, el pie plano puede llegar a corregirse por completo”, afirmó el especialista, subrayando la necesidad de seguimiento continuo hasta aproximadamente los 22 años, edad en la cual el crecimiento del pie se estabiliza y la corrección es más duradera.
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