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¿A qué se debe la tartamudez y cómo tratarla?

Esta condición afecta a muchos niños y adultos a nivel mundial.


El trastorno de la fluidez, también conocido como disfemia o, en términos comunes, tartamudez, es una condición que afecta a muchos niños y adultos.

Según la terapeuta de lenguaje Marjorie García, del Centro Teletón de Occidente, este trastorno empieza a manifestarse generalmente entre los 3 y 5 años de edad, aunque es más notorio cuando los niños ingresan al ciclo escolar.

Este implica dificultades en la articulación del habla, y es crucial que los padres presten atención a cualquier cambio en el lenguaje de sus hijos a partir de los 3 años.

Generalmente, los padres se dan cuenta de que los niños, al intentar expresarse y presentan bloqueos como "eh, eh" o repiten palabras como "yo, yo, yo", resalta la experta, quien añade que estos bloqueos son indicativos de una alteración en la fluidez del habla.

Principales causas

De acuerdo a García, las causas de la tartamudez pueden ser hereditarias. En algunos casos, los padres o familiares cercanos recuerdan que el niño o algún miembro de la familia también presentó dificultades similares al hablar.

Sin embargo, el trastorno también puede ser desencadenado por factores como un trauma o una lesión cerebral, aunque esto es menos frecuente.

A pesar de las posibles causas, es importante abordar este problema desde la infancia, ya que un diagnóstico temprano y la intervención oportuna pueden ayudar a mejorar la fluidez verbal, aconseja la especialista.

Así mismo, detalla que este trastorno puede estar relacionado con aspectos emocionales. Los niños pueden experimentar bloqueos al hablar debido al miedo o la ansiedad, especialmente cuando les toca hablar en público o realizar exposiciones. Es por esa razón que se recomienda evaluar si el problema es de lenguaje o si hay factores emocionales involucrados.

Uno de los enfoques para tratar la tartamudez es la relajación, dice García, ya que los ejercicios de relajación ayudan a que el niño se sienta seguro y libre de la presión emocional al hablar.

Técnicas como la respiración profunda y ejercicios orofaciales, que estimulan los músculos de la cara y la lengua, son esenciales para mejorar la articulación del habla. Además, los niños deben aprender a hablar de manera más pausada, evitando hablar rápidamente, lo que puede causar bloqueos.

Técnicas adicionales

Otra estrategia útil es trabajar con los sonidos, especialmente los de los animales, ya que estos pueden facilitar la correcta articulación de ciertos fonemas.

La especialista aconseja a los padres de familia buscar videos en línea que muestren ejercicios para mejorar la movilidad de la lengua y la pronunciación de sonidos, “para hacer praxias linguales que ya salen los movimientos cómo va a hacer el niño para poder trabajar la articulación”.

La lectura también es una herramienta clave, por lo que se recomienda que el niño lea en voz alta de manera pausada, comenzando con textos cortos que no le resulten abrumadores. Los padres pueden leer junto a ellos, alentándolos a seguir el ritmo y mejorar su fluidez progresivamente.

Los trabalenguas son otro ejercicio efectivo. Aunque muchos piensan que deben ser dichos rápidamente, lo recomendable es empezar despacio, dominando primero la pronunciación correcta antes de intentar hablar más rápido.

En el Centro Teletón, el tratamiento comienza con una evaluación exhaustiva. Aunque los padres puedan tener un diagnóstico previo, el equipo de terapeutas realiza su propia valoración para desarrollar un plan de trabajo personalizado.

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