Heridas de la infancia y cómo afectan a las personas al pasar de los años
Una de las razones, puede ser por la ausencia de una o de ambas figuras paternas en el tiempo de crianza del niño.
La crianza forma parte esencial de lo que seremos en el futuro, bien se dice que los niños aprenden de lo ven y absorben información de manera casi inmediata. Bajo este principio se cimenta la crianza, el papel de los padres en formar en valores y principios, el pilar de nuestra sociedad.
Al ser un tema delicado se puede correr el riesgo de que ciertas actitudes provoquen efectos dañinos en la vida de los pequeños, ahí es cuando podemos ocupar el término de heridas de la infancia.
“Llamamos heridas de infancia a todo aquello que causó daño o que dejó huella en la vida de los niños y que va a continuar a lo largo de la vida”, asegura el especialista Roberto Ordoñez, psicólogo.
Estas heridas se pueden activar en algún momento de la vida, pero también pueden ser parte permanente de la vida de los jóvenes y adultos sin que estos se den cuenta.
Algunas causas
Algunas de estas heridas se pueden dar por la ausencia de una o de ambas figuras paternas en el tiempo de crianza del niño.
“Cuando tenemos padres que no están en casa, que no apoyan al niño o padres ausentes, esto causa en el niño una sensación de falta de amor y de atención que puede provocar que el niño se sienta solo, no se sienta amado, apartado o no comprendido” explica Ordoñez.
A raíz de esta herida el individuo puede desarrollar apego evitativo, que es la condición donde una persona impide a toda costa las conexiones afectivas con los demás, tanto de amistad como amorososas.
Sin embargo, también puede tener el efecto contrario, podría generar el estado denominado apego ansioso, que en términos simples es el miedo al abandono, a ser dejado o la separación; todo esto tiene directas repercusiones en el desarrollo de las relaciones de cada individuo.
Otra de las heridas puede ser la provocada por los modelos de crianza agresivo, “cuando hay muchos gritos, mucha imposición, cuando no se respetan los derechos del niño; eso provocara que el niño se sienta menos, como “cualquier cosa”, eso va a dañar su autoestima y su autoconcepto creando una herida”, comenta el especialista.
Los efectos que una crianza negativa pueden presentar en el infante, son el daño a la autoestima, problemas de ira, depresión, trastornos de ansiedad o inclusive en algunos casos el desarrollo de adiciones.
La mayoría del tiempo estas heridas tienden a perdurar no solo en el individuo si no también en las futuras generaciones, haciendo que se repita el patrón de conducta anteriormente establecido.
“Puede ser que alguien nos hirió y estamos sangrando sobre nuestros hijos o sobre nuestras parejas”.
Recomendaciones
Para superar estas heridas que podríamos tener, “lo primero es tomar conciencia, saber ¿por qué soy así? y que me está pasando, una vez que tomo conciencia me perdono; debés perdonarte a vos mismo por el daño que has hecho al no sanar”, recalca.
Así empezaremos a sanar siendo conscientes de lo que somos para mejorar, principalmente por nosotros, pero también por el bienestar de los demás.
“Revisemos lo que hay pendiente para saber cuál es nuestro duelo, nuestra situación y no lastimemos a otros partiendo de lo que a nosotros nos hicieron” finaliza el psicólogo.