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¿Qué debo considerar para someterme a una cirugía bariátrica?

Aunque este procedimiento puede ser una opción efectiva para tratar la obesidad, no todas las personas son candidatas.


Con el inicio de un nuevo año, muchas personas sienten la motivación de establecer metas importantes para mejorar su salud y bienestar. Bajar de peso suele encabezar la lista de propósitos, y no es para menos: alcanzar un peso saludable no solo mejora la apariencia física, sino que también reduce el riesgo de enfermedades y aumenta la energía para afrontar los retos cotidianos.

Es ahí donde la cirugía bariátrica se convierte en una herramienta poderosa en el tratamiento de la obesidad severa.

“Se trata de una intervención quirúrgica que modifica el sistema digestivo, ya sea reduciendo el tamaño del estómago, alterando la absorción de nutrientes o combinando ambas estrategias, para así perder peso”, afirma la Dra. Ana Suárez, cirujana bariátrica y gastrointestinal.

Esta cirugía no es solo una cuestión estética indica la experta; está orientada a mejorar la salud general del paciente, ayudando a prevenir o tratar enfermedades asociadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2, hipertensión, apnea del sueño y problemas articulares.

Pero antes de dar ese paso, es fundamental considerar una serie de factores que garantizan no solo el éxito del procedimiento, sino también la seguridad y bienestar del paciente señala la conocedora. El primer paso es buscar orientación profesional con un médico especializado en obesidad o un cirujano bariátrico.

Este especialista evaluará el caso particular, incluyendo índice de masa corporal (IMC), historial médico y condiciones de salud relacionadas, así como una evaluación médica completa.

¿Quiénes no son aptos?

Aunque este procedimiento puede ser una opción efectiva para tratar la obesidad severa, no todas las personas son candidatos. Hay ciertos factores médicos, psicológicos y de compromiso personal que podrían descalificar a una persona indicó la especialista.

Este tipo de cirugía está diseñada para personas con obesidad severa (IMC de 40 o más) o moderada (IMC de 35 o más) acompañada de condiciones de salud relacionadas, como diabetes o hipertensión.

Si el peso puede manejarse con dieta, ejercicio y otros métodos no quirúrgicos, la cirugía no es recomendada. No son aptos también las personas con problemas de salud no controlados; trastornos psicológicos o psiquiátricos graves; embarazo o deseo de embarazo inmediato.

Implica cambios significativos en el estilo de vida

Dicha operación no es un camino fácil ni rápido hacia la pérdida de peso. "Después del procedimiento, deberás hacer cambios radicales en tu dieta, establecer una rutina de ejercicios y asistir a controles médicos regulares. Esto no se logra con soluciones rápidas o mágicas, sino con cambios sostenibles en el estilo de vida", destaca Suárez.

“Si nosotros descuidamos la alimentación y el ejercicio, aunque se someta a una cirugía bariátrica no funcionará, ésta siempre debe estar acompañada de buenos hábitos y de un compromiso latente de parte del paciente”, dice.

La especialista recomienda someterse a este procedimiento una vez se haya intentado perder peso anteriormente mediante métodos no quirúrgicos, como dietas personalizadas y ejercicios supervisados.

Esto ayuda a demostrar el compromiso con el proceso y puede mejorar los resultados de la cirugía.