Referencial

Referencial

¿En qué consiste la candida albicans y cómo se trata?

Entre los síntomas figuran inflamación, dolor de cabeza, distención abdominal, reflujo gastroesofágico, entre otros.


La candida albicans "es un hongo que forma parte de la microbiota normal del cuerpo humano, especialmente en la piel, la boca, el tracto gastrointestinal y el tracto genital”, detalla la Dra. María Luz André, médico nutrióloga clínica.

Aunque generalmente no causa problemas, puede volverse patógeno bajo ciertas condiciones, dando lugar a infecciones conocidas como candidiasis.

Dicho hongo ya está presente en muchas personas como comensal, sin embargo, ciertas situaciones pueden favorecer su proliferación descontrolada destaca la galena.

Estas incluyen malas digestiones, uso prolongado de antibióticos que alteran el ph., así como sistemas inmunitarios debilitados, por ejemplo, esto debido a VIH, diabetes o tratamientos con corticoides, también debido a cambios hormonales como los causados por embarazo o uso de anticonceptivos hormonales, sumado a este el estrés y una dieta rica en azúcares.

Principales síntomas

La especialista resalta que “los síntomas principalmente son de inflamación, estos pueden dar dolor de cabeza, distención abdominal, reflujo gastroesofágico, erosiones en la piel, dolores musculares, entre otros”.

André señala que la candidiasis puede transmitirse por contacto directo con una persona infectada ya sea por relación sexual sin protección, lo que puede llevar a candidiasis genital, contacto con secreciones contaminadas (como saliva o fluidos genitales).

De igual manera se da por contacto indirecto, aunque menos común, el hongo puede transmitirse a través de objetos contaminados, como toallas, ropa interior o utensilios compartidos, si no se realiza una adecuada higiene.

Alimentación para prevenir la infección

Una dieta adecuada puede contribuir significativamente a evitar la proliferación. Algunas recomendaciones incluyen: verduras de bajo contenido en almidón, proteínas magras como pollo, pescado, huevos, grasas saludables, hierbas y especias antimicóticas (ajo, orégano, canela, cúrcuma).

Para reducir el riesgo de esta infección, André recomienda mantener una buena higiene personal y secar bien las áreas propensas a la humedad, usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas, limitar el uso de antibióticos innecesarios, llevar una dieta equilibrada y reducir el consumo excesivo de azúcares y practicar sexo seguro utilizando preservativos.