¿Por qué y cada cuánto debo desparasitar a mi hijo?
El grupo más afectado son los niños de 1 a 4 años de edad, dice médico pediatra.
Con el regreso a clases, es fundamental garantizar la salud de los niños, y una de las medidas preventivas más importantes es la desparasitación.
A lo largo de su crecimiento, los niños están expuestos a diversos parásitos intestinales “especialmente entre el primer y cuarto año de vida, cuando tienen mayor contacto con superficies contaminadas y llevan objetos a la boca, afectando así la absorción de nutrientes y en consecuencia, el desarrollo físico y cognitivo de los niños”, explica el Dr. Yasser Guerrero, médico pediatra.
Según el especialista, los parásitos y bacterias pueden formar parte de la flora intestinal normal, por lo que no se recomienda desparasitar a los niños en su primer año de vida.
Sin embargo, a partir de los seis meses, cuando inician la alimentación complementaria, comienza la exposición a huevos, larvas y gusanos a través de la contaminación mano-boca.
En este sentido, el lavado de manos no solo es clave para prevenir enfermedades respiratorias, sino también para reducir el riesgo de infecciones parasitarias.
Principales síntomas
Este "comensal" puede causar anemia, fatiga, problemas digestivos, afectar la concentración y el rendimiento académico. Para Guerrero entre los síntomas que pueden alertar sobre una infestación parasitaria en los niños se encuentran la pérdida de apetito, anemia persistente, vómitos frecuentes, dolores abdominales recurrentes, distensión abdominal con extremidades delgadas y bruxismo (rechinar de dientes).
Para detectar su presencia, el especialista recurre a exámenes como la biometría hemática, el análisis general de orina y el examen de heces.
En caso de requerir tratamiento, los medicamentos más comunes son el albendazol y el mebendazol, ya que producen menos reacciones gastrointestinales y actúan evitando la migración del parásito a otros órganos como el hígado, pulmones o cerebro.
¿Cuántas veces se debe desparasitar?
El galeno recomienda la desparasitación en niños cada 6 meses, es decir, dos veces al año. Sin embargo, esto puede variar según factores como la zona geográfica, el acceso a agua potable, la higiene y el contacto con animales.
Las zonas rurales representan un mayor riesgo debido a la exposición de estos. Por ello, es fundamental lavar y cocer bien los alimentos para eliminar cualquier bacteria o parásito presente.
Es importante recordar que cuando se desparasita a un niño, se debe aplicar el tratamiento a todos los miembros de la familia debido al contacto con utensilios como platos, vasos y cucharas, que pueden ser vehículos de transmisión, destaca.
La desparasitación periódica es una medida esencial para garantizar el bienestar infantil, prevenir enfermedades y asegurar que los niños puedan disfrutar de un regreso a clases saludable y sin complicaciones.