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Esta es la enfermedad inflamatoria crónica de la piel que no tiene cura definitiva

Esta afección no distingue edades y puede manifestarse desde el nacimiento hasta la adultez.


Si alguna vez has notado descamación, enrojecimiento o irritación en el cuero cabelludo, rostro o pecho, es probable que hayas sufrido dermatitis seborreica, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a millones de personas sin que muchas lo sepan.

Aunque suele asociarse con la producción excesiva de grasa, su origen es más complejo y está ligado a factores genéticos, hormonales y emocionales, según la dermatóloga Génesis Pérez.

Esta afección no distingue edades y puede manifestarse desde el nacimiento con la llamada "costra láctea" en los bebés, hasta la adultez, cuando el estrés y otros factores pueden desencadenar brotes recurrentes.

Su impacto varía de una persona a otra: mientras algunos solo presentan una leve descamación, otros pueden desarrollar inflamación severa en zonas como las cejas, los pliegues nasales y las orejas.

A pesar de no tener una cura definitiva, la dermatitis seborreica puede controlarse con el tratamiento adecuado, evitando los factores que la agravan y utilizando productos específicos para la piel.

Lo importante es reconocer sus síntomas y saber que no es solo un problema estético, sino una condición dermatológica que requiere atención.