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¿Se cura o se controla la diabetes?

Cambiar los hábitos de vida y la alimentación puede marcar la diferencia.


La diabetes es una de las enfermedades metabólicas más comunes a nivel mundial y su incidencia sigue en aumento. Según el Dr. Gersson Debbe, médico nutricionista, “se estima que para el año 2045 habrá aproximadamente 140 millones de personas con prediabetes en el mundo”.

Esto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la prevención y el tratamiento adecuado de esta condición.

Enfatiza que la prediabetes no es una enfermedad en sí, sino una condición de alarma y que muchas personas subestiman su impacto, “especialmente aquellas que creen que estar delgado es sinónimo de estar saludable. Sin embargo, podrían estar en una condición metabólica peor que una persona con sobrepeso u obesidad”. Por ello, es crucial la detección temprana y la intervención oportuna.

Factores de riesgo y prevención

La prediabetes y la diabetes están fuertemente vinculadas a los hábitos de vida. Según el especialista, los carbohidratos, azúcares, el estrés, insomnio, ansiedad y depresión juegan un papel clave en el desarrollo de estas condiciones.

Además, destaca que “aunque existe una predisposición genética en algunos casos, en su mayoría la diabetes no es hereditaria, sino el resultado de un estilo de vida inadecuado”.

Por ello, recomienda a quienes tienen antecedentes familiares diabéticos invertir en un glucómetro y mejorar los hábitos de vida. También sugiere monitorear la glucosa cada dos o tres semanas, incluso si no se es diabético, ya que esta práctica ayuda a detectar posibles desajustes antes de que evolucionen a diabetes.

¿Se cura o se controla?

Actualmente, la diabetes tipo 2 no tiene una "cura" definitiva en el sentido tradicional, pero sí puede ser controlada y, en muchos casos, revertida mediante cambios en el estilo de vida.

El galeno destaca que “factores como la correcta hidratación, el ejercicio, dormir temprano y controlar el estrés son fundamentales para mantener la diabetes bajo control, en ocasiones sin necesidad de fármacos”.

La diabetes no es necesariamente un destino inevitable para quienes tienen predisposición, sino una condición prevenible y controlable a través de un enfoque integral de salud.

Cambiar los hábitos de vida puede marcar la diferencia entre una vida con diabetes mal controlada y una en la que la enfermedad no condicione la calidad de vida.