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¿A qué se deben los uñeros y las uñas encarnadas?

El uso de calzado inadecuado o un mal corte de uñas, pueden derivar en infecciones graves si no se tratan a tiempo.


Las uñas encarnadas y los uñeros son problemas comunes que pueden causar molestias y, en casos avanzados, infecciones severas.

Según la quiropedista, María Guadalupe Cano, “el uñero se produce por el roce constante de la uña con el pliegue de la piel en los canales ungueales”. En la mayoría de pacientes donde sale es en el dedo principal, es decir, el dedo gordo del pie, explica Cano.

Entre los síntomas más comunes que pueden presentarse están el enrojecimiento, inflamación, dolor y sensación de calor en el área afectada si se deja pasar mucho tiempo.

“Si la afección no se trata a tiempo, puede evolucionar a un granuloma, que es un bulto en el lateral de la uña con presencia de pus”, menciona la quiropedista. Cuando se extrae el uñero y aún queda ese bulto, se procede a cirugía para retirarlo", detalla.

Factores que afectan

También pueden originarse por diversos factores, entre ellos el uso de zapatos de punta o demasiado ajustados, lo que genera presión sobre la uña o mal corte de la misma, en el que se deja una esquina sin recortar correctamente, lo que permite que el borde se entierre con la presión del zapato.

Cano afirma que estos problemas también dependen mucho del crecimiento de la uña. “Esta crece aproximadamente 0.1 milímetros al día, lo que equivale a 3 milímetros al mes, por tanto, si se deja crecer mucho, mayor probabilidad habrá de la presencia de uñeros”.

En caso de hongos, la recuperación completa de la uña puede tardar de 12 a 18 meses, mientras que un uñero puede desarrollarse en apenas una semana.

Si la uña se infecta gravemente, puede llegar a desprenderse. Sin embargo, cuando hay hongo no se desprende, lo que se hace es pulirla, desbastarla y aplicar tratamiento, indica.

En caso de pérdida total, esta volverá a crecer, pero si no se trata el hongo, lo hará de manera infectada.

Para evitar estos problemas, la experta recomienda cortar las uñas de manera recta sin tocar las esquinas o canales ungueales, limarlas para evitar bordes afilados que puedan encarnarse y realizar una limpieza de pedicura una vez al mes o cada tres meses, dependiendo del crecimiento de la uña.

Así mismo tomar en cuenta ciertos cuidados adicionales tales como esterilizar los instrumentos como cortaúñas y limas, evitar compartir esmaltes de uñas, ya que pueden ser transmisores de hongos, no morderse las uñas ni los pellejitos alrededor, ya que esto puede causar lesiones y aumentar el riesgo de infección.