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8,994 lesiones por animales transmisores de rabia en 2024, según el Minsa

Especialistas lo atribuyen al crecimiento descontrolado de animales en la calle.


Nicaragua ha reportado 8,994 personas lesionadas por animales transmisores de rabia durante 2024, lo que representa un incremento de 26 casos respecto al año anterior, según datos del Mapa de Salud del Ministerio de Salud (Minsa). Esta cifra equivale a casi 25 incidentes diarios.

Especialistas atribuyen el aumento sostenido de estos casos (que ya suman 40,502 en los últimos cinco años) al crecimiento descontrolado de animales en situación de calle y al abandono de los planes de vacunación por parte de la ciudadanía.

“Cualquier mamífero puede transmitir rabia, pero en nuestro entorno lo más común son los perros”, explicó el Dr. Jorge Manzanares, médico general.

“Aunque la rabia ha sido controlada gracias a campañas de vacunación, nunca se debe bajar la guardia. En caso de una mordedura, es fundamental lavar la herida con agua y jabón, evaluar su profundidad y buscar atención médica oportuna si se sospecha de infección o riesgo de rabia”, añadió.

Además del tratamiento inmediato, resaltó la importancia de la observación del animal agresor. “Si hay sospecha, el protocolo exige poner al perro bajo vigilancia durante una semana. Si desarrolla síntomas, se inicia el proceso de vacunación para la persona afectada”.

Hay que asumir responsabilidades

Por su parte, la veterinaria Cristel Ponce enfatizó la necesidad de asumir la posesión de mascotas como una responsabilidad permanente. Aseguró que muchos de estos casos podrían evitarse con un mejor cumplimiento de los esquemas de vacunación animal, campañas de esterilización y hábitos más rigurosos de limpieza en los hogares.

“En el caso de los perritos y gatitos, hay un gran desinterés en completar el esquema de vacunación, en parte por falta de información. La gente muchas veces solo aplica la primera vacuna contra el parvovirus, pero no sigue con las demás, incluida la de la rabia”, indicó Ponce.

También advirtió que los roedores, pese a ser potenciales transmisores, no están cubiertos por las vacunas disponibles en el país, lo que incrementa el riesgo si no se mantienen adecuadas condiciones de limpieza.

“Hay un incremento de animalitos en situación de calle y eso se debe a la irresponsabilidad de tutores. Muchas personas adoptan animales como regalo, pero no asumen los gastos básicos como vacunas o esterilización. Eso termina por aumentar la población callejera y, con ella, el riesgo de enfermedades como la rabia”.

Tanto Manzanares como Ponce coinciden en que la solución pasa por educación ciudadana, control poblacional de animales domésticos, campañas constantes de vacunación y un monitoreo responsable por parte de las autoridades de salud y los propios dueños de mascotas.

Hasta ahora, Nicaragua no ha reportado casos confirmados de rabia en humanos en los últimos años, pero el aumento de lesiones por animales transmisores demuestra la urgencia de actuar preventivamente para evitar futuras tragedias.