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Síndrome de West: una alerta neurológica en la primera infancia

Generalmente aparece entre los 4 y 10 meses de vida, resalta especialista.


El síndrome de West es un trastorno neurológico que, aunque poco frecuente, representa una gran preocupación médica en los primeros meses de vida de un bebé.

Según el Dr. Pablo Navarrete, neurólogo pediatra, este síndrome “tiene características puntuales que lo diferencian de una epilepsia común”, por lo que requiere una atención médica especializada y un diagnóstico temprano.

A nivel mundial, 4 de cada 1000 niños pueden desarrollar este síndrome. Se trata de una condición que puede afectar a cualquier bebé, incluso aquellos que al nacer no presentan ningún signo de alteración neurológica.

Navarrete explica que el principal factor del síndrome es su dependencia de la edad “generalmente aparece entre los 4 y 10 meses de vida, aunque en algunos casos puede surgir antes o poco después de ese rango”.

Manifestaciones clínicas

Una de las principales manifestaciones clínicas de este síndrome, según detalla el especialista, “son los espasmos infantiles, movimientos involuntarios que pueden presentarse como espasmos en flexión, extensión o mixtos, acompañados de rigidez y una breve pérdida del estado de alerta”.

Estas son contracciones súbitas de los músculos del cuello, tronco y extremidades, un tipo de crisis epiléptica que se observan en este síndrome. Estos episodios suelen alarmar a los padres, ya que el niño puede mostrarse cansado, irritable, llorar con frecuencia y presentar alteraciones en el sueño o la alimentación.

Desde el punto de vista neurológico, el patrón característico en el electroencefalograma de estos pacientes es la hipsarritmia, una actividad cerebral desorganizada y caótica que, junto con los espasmos y el retraso en el desarrollo neurológico, conforman la tríada diagnóstica clásica del síndrome.

El cerebro del niño está en constante actividad

Advierte que, a medida que los síntomas progresan, el impacto en el cerebro se vuelve más profundo, especialmente a nivel eléctrico cerebral.

Los espasmos suelen presentarse con mayor frecuencia al despertar o al quedarse dormido, aunque también pueden ocurrir durante el día, destaca el especialista.

Dada la gravedad y la rapidez con la que puede avanzar este síndrome, el especialista subraya la importancia de que los padres y cuidadores estén atentos a cualquier movimiento anormal o cambio repentino en el comportamiento del bebé, y que consulten de inmediato con un profesional de la salud.