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Infecciones urinarias en verano: ¿por qué aumentan y cómo prevenirlas?

Las altas temperaturas pueden alterar el equilibrio natural de la zona íntima.


Con la llegada del calor, las actividades al aire libre, los trajes de baño mojados y la mayor transpiración, también crece el riesgo de sufrir infecciones en la zona íntima. Aunque pueden presentarse durante todo el año, el verano crea condiciones propicias para que bacterias y hongos se proliferen, afectando tanto la salud vaginal como urinaria.

“La zona urogenital, que abarca desde el área vaginal hasta el tracto urinario, es muy sensible a los cambios de temperatura, humedad y hábitos”, explica el Dr. Javier Cantarero, ginecólogo y obstetra.

Durante los meses de calor, se combinan varios factores que favorecen el desequilibrio de la flora íntima. Por un lado, la humedad prolongada por el uso de trajes de baño mojados o ropa ajustada genera un entorno ideal para microorganismos patógenos. A esto se suma la exposición frecuente a piscinas, que pueden alterar el equilibrio del pH vaginal, advierte el especialista.

El calor también favorece la deshidratación, lo cual tiene consecuencias directas sobre la salud íntima. “El calor es un problema verdadero de las mujeres porque es un secuestrador de agua. No es que el calor produce la infección, sino que favorece la deshidratación”, aclara el Dr. Cantarero. Por eso, insiste en la necesidad de tomar mucha agua y cuidar la hidratación interna, idealmente entre 3 a 4 litros diarios o, más específicamente, calcular la cantidad necesaria dividiendo el peso corporal en kilos por siete.

¿Cómo se originan estas infecciones?

Las infecciones tanto vaginales como urinarias pueden tener un origen común. “Todo parte desde la flora vaginal, la cual está conformada por bacterias, hongos y un sin número de microorganismos que conviven entre sí para mantener la zona urogenital en un ambiente ácido y así evitar el crecimiento de patógenos que pueden causar infecciones”, detalla Cantarero.

Debido a la cercanía entre la vagina y la uretra —menos de un centímetro—, una infección puede fácilmente migrar de un área a otra. “Esto puede provocar una uretritis, que puede evolucionar a una cistitis, es decir, una infección en el cuello de la vejiga”, agrega.

Síntomas

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran el ardor al orinar, picazón, flujo anormal y molestias en la vulva. “Chistata es el término coloquial con el que se denomina a la disuria, que es el dolor o la dificultad al orinar. Suele deberse a la irritación y enrojecimiento del recubrimiento interno de la uretra, desde el cuello de la vejiga hacia el introito vaginal”, explica el especialista.

Una de las formas más severas de infección urinaria es la pielonefritis, que implica una infección del riñón, acompañada de disuria, dolor en la espalda, mal estado general, fiebre y vómitos.

La prevención es clave

Se recomienda cambiarse la ropa húmeda lo antes posible, usar ropa interior de algodón, evitar prendas muy ajustadas y mantener una higiene adecuada, sin exceso de productos. “Debe evitarse el uso de jabón con fragancia; debe ser neutro, sin color. Todo lo que tenga químicos puede alterar la flora”, señala Cantarero.

También enfatiza que no se deben usar cremas, duchas vaginales, lubricantes ni otros fármacos para "hidratar la zona", ya que pueden alterar su equilibrio natural. Además, sugiere no eliminar por completo el vello púbico, ya que cumple una función protectora: “El vello púbico va a proteger de cualquier secreción, de bacterias o de infecciones vaginales y de vías urinarias”. Por último, frente a síntomas como ardor, escozor, fiebre, flujo blanquecino opaco o mal olor, se debe consultar con un profesional, concluye el galeno.