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Más de 600 personas fallecieron por cirrosis durante 2024

Médicos advierten que hay múltiples factores detrás de su desarrollo, como el hígado graso.


La cirrosis hepática sigue cobrando vidas en Nicaragua. De acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Salud (Minsa), en el año 2024 se registraron 628 muertes a causa de esta enfermedad crónica que afecta al hígado.

Aunque durante décadas ha sido asociada principalmente al consumo excesivo de alcohol, médicos advierten que hay múltiples factores detrás de su desarrollo, como el hígado graso.

Más allá del alcoholismo, Neri Olivas, médico internista, señala otras causas frecuentes que afectan a un amplio grupo de la población, especialmente a mujeres mayores de 50 años.

“La obesidad lleva a grasa en el hígado, lo que se conoce como esteatosis hepática. Si no se controla, puede evolucionar a una hepatitis por grasa y posteriormente a cirrosis”, detalló.

Asimismo, existen causas menos conocidas, como las enfermedades hepáticas congénitas, entre ellas los síndromes de Rotor y Dubin-Johnson, que afectan el procesamiento de la bilirrubina.

También hay enfermedades autoinmunes como la cirrosis biliar primaria y riesgos derivados del consumo de alimentos contaminados con toxinas, como las aflatoxinas, que pueden encontrarse en el maní o el maíz mal almacenado.

Importancia de un diagnóstico

El especialista subraya que la detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Una vez que se diagnostica cirrosis, el pronóstico depende de qué tan avanzada esté. Si se detecta temprano y el paciente cambia sus hábitos, es posible que el hígado se recupere y se evite la muerte.

El tratamiento varía según el grado de avance de la enfermedad. “Hay que clasificarla, si es leve, moderada o severa. Si se detecta temprano, incluso en algunos casos severos, el hígado puede regenerarse si se eliminan los factores que lo están dañando”, indicó Olivas.

En los casos avanzados, donde hay acumulación de líquido en el abdomen, edemas y coloración amarilla severa, es necesario hospitalizar al paciente.

Síntomas de alerta

Entre los síntomas de alerta que deben tomarse en cuenta están la pérdida de apetito, náuseas, dolor en la parte superior derecha del abdomen, hinchazón en el abdomen o en las piernas, así como la coloración amarillenta de la piel y los ojos.

“Es importante estar atentos a estas señales. Muchas veces las personas las ignoran y acuden al médico cuando ya es muy tarde”, advirtió Olivas.

Finalmente, el doctor hizo un llamado a la prevención. “Hay que cuidar la alimentación, hacer actividad física, evitar el consumo de alcohol y azúcar en exceso, y conocer nuestros antecedentes familiares”, recomendó.

El Minsa ofrece pruebas gratuitas y seguimiento en las unidades médicas para detectar a tiempo enfermedades hepáticas, lo que puede ser clave para reducir la mortalidad en el país.