Niño se protege por medio del mosquitero

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La lucha contra la malaria se estanca por falta de dinero

El informe mundial de la enfermedad, que publicó la Organización Mundial de la Salud (OMS), alerta de que “no estamos en el camino” de alcanzar las metas que se habían establecido para 2020, que incluían reducir la incidencia y la mortalidad en un 40%.


En el reporte de 2017 que hace balance con estimaciones sobre el año anterior, la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestra que el número de casos subió en todo el mundo en cuatro millones, hasta los 216, y que la mortalidad por paludismo fue prácticamente idéntica a la de 2015: 441.000 muertes por su culpa (el 91% en África). En términos relativos, entre 2010 y 2016, la tasa de incidencia del paludismo disminuyó de 76 a 63 casos por cada 1.000 habitantes en riesgo. Sin embargo, en los dos últimos años las tendencias en la incidencia de casos incrementaron sustancialmente en las Américas, y marginalmente en las regiones de Asia Suroriental, Pacífico Occidental y África.

“No hay una única razón para este estancamiento”, explica desde Ginebra Pedro Alonso, director del programa de malaria de la OMS. “Pero una muy importante es la bajada de inversión per cápita en la enfermedad en países donde tiene una alta tasa de prevalencia”, continúa.

La financiación para la respuesta mundial contra la malaria prácticamente es la misma desde 2010; el año pasado alcanzó los 2.700 millones de dólares (algo menos de 2.300 millones de euros), menos de la mitad del objetivo establecido para 2020.

Para conseguir las metas de reducción de la enfermedad, la financiación anual tendría que aumentar a 6.500 millones de dólares anuales, según la OMS. “Si continuamos con estos recursos y estas herramientas no vamos a progresar”, asegura Alonso, que hace un llamamiento a la “comunidad de la malaria” para continuar aportando y volver a la senda por la que se había transitado durante los últimos lustros.

Los resultados de este informe indican una clara necesidad de una mayor inversión en el control de la enfermedad, particularmente de los propios países endémicos. “Las brechas en la cobertura de las herramientas existentes que previenen, diagnostican y tratan la malaria deben cerrarse urgentemente. Igualmente importante es la necesidad de una inversión sólida en la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas”, asegura el documento de la OMS.

Sin embargo una de las buenas noticias que son de las grandes preocupaciones en la lucha contra la enfermedad, la resistencia de los mosquitos a los insecticidas y la del parásito que la causa a los antibióticos, no parece estar siendo un obstáculo para su eliminación. En la zona donde estas últimas resistencias son más fuertes y preocupantes, en la región del Mekong (en el sudeste asiático), los avances contra el paludismo han continuado por buen camino. Sin embargo, no deja de ser algo que mantiene alerta a la OMS, que monitorea constantemente en los países endémicos la eficacia de la artemisina, el principal fármaco para tratar el paludismo.